La
globalización es un proceso histórico de integración mundial en los
ámbitos político, económico, social, cultural y tecnológico, que ha
convertido al mundo en un lugar cada vez más interconectado, en una
aldea global.
Como tal, la globalización
fue el resultado de la consolidación del capitalismo, de los
principales avances tecnológicos (revolución tecnológica) y de la
necesidad de expansión del flujo comercial mundial. En este sentido, las
innovaciones en las áreas de las telecomunicaciones y de la
informática, especialmente con el internet, jugaron un papel decisivo en
la construcción de un mundo globalizado.
La
ruptura de las fronteras generó una expansión capitalista en la que fue
posible llevar a cabo transacciones financieras y expandir los
negocios, hasta entonces limitados por el mercado interno, hacia otros
mercados, distantes y emergentes. De este modo, podemos observar cómo el
proceso de la globalización ha modificado la forma en que los mercados
de los diferentes países interactúan.
No obstante, el impacto
ejercido por la globalización en aspectos de la economía (mercado
laboral, comercio internacional), la política (instauración de sistemas
democráticos, respeto de las libertades y los derechos humanos), así
como en otras facetas de la vida de los países, como el acceso a la
educación o a la tecnología, varía en función del nivel de desarrollo de
cada nación.
Como tal, la globalización es un fenómeno palpable,
sobre todo, a partir del finales del siglo XX y comienzos del XXI,
aunque se suele señalar su inicio mucho antes, en la era de los
descubrimientos, con la llegada de Colón a América en el siglo XV y el
consecuente proceso de colonización del mundo por parte de las potencias
europeas, y se acentúo a partir de la revolución industrial en el
siglo XIX.
El incremento de las actividades económicas transfronterizas adopta diversas formas:
Comercio internacional:
Una parte cada vez mayor de los gastos dedicados a bienes y servicios se
consagra a importaciones de otros países, y una porción creciente de la
producción de los países se vende a extranjeros en calidad de
exportación. En los países ricos o desarrollados, la proporción del
comercio internacional respecto del producto total (exportaciones más
importaciones de mercancías en relación con el PIB) aumentó de 32,9% a
37,9% entre 1990 y 2001. En los países en desarrollo (países de ingresos
bajos y medianos), la proporción aumentó de 33,8% a 48,9% en ese mismo
período. (Tomado de: Indicadores de Desarrollo Mundial 2003 del Banco
Mundial).
Inversión Extranjera Directa (IED).
En el último decenio han ido aumentando gradualmente las inversiones
que empresas radicadas en un país hacen para establecerse y operar
negocios en otros países. En las últimas dos décadas, con el aumento en
la apertura, los flujos globales de inversión extranjera directa se han
duplicado con creces respecto del producto interno bruto. Los flujos
aumentaron en los años 1990, de US$324 mil millones en 1995 a US$ 1,5
billones en 2000. Sin embargo, en el último tiempo los niveles de
inversión fluctuaron considerablemente de acuerdo con el clima económico
y político prevaleciente. La desaceleración económica mundial ha
reducido los flujos financieros en los últimos dos años, en contra de la
prolongada tendencia de aumentos; y en algunas regiones, la
inestabilidad política y económica ha agravado los problemas. Los flujos
de capital en América Latina cayeron desde un máximo de US$126 mil
millones en 1998 hasta $72 mil millones en 2001, lo cual refleja
problemas regionales e incertidumbre global. Los flujos de IED hacia
Argentina disminuyeron de US$24 mil millones en 1999 a US$3 mil millones
en 2001. Pero la IED ha seguido fuerte en Asia Oriental y el Pacífico,
así como en Europa y Asia Central. Los países en desarrollo recibieron
aproximadamente la cuarta parte de los flujos de IED en 2001 como
promedio, si bien la proporción fluctuó bastante de un año a otro. Actualmente, esta es la principal forma de afluencia de capital privado hacia los países en desarrollo.
Flujos del mercado de capitales.
En el transcurso del pasado decenio, los ahorristas de muchos países
(especialmente del mundo desarrollado) han diversificado cada vez más
sus carteras con activos financieros extranjeros (bonos, acciones y
préstamos del exterior), mientras que los prestatarios buscan
progresivamente fuentes de financiamiento foráneas, además de las
nacionales. Si bien este tipo de flujo hacia los países en desarrollo
también aumentó abruptamente en los años 1990, ha sido mucho más volátil
que los flujos comerciales o de IED, y asimismo se han limitado a un
grupo reducido de países de “mercados emergentes”.
GLOBALIZACIÓN E INTEGRACIÓN ECONÓMICA:
Se ha dicho teóricamente que la integración es viable de manera
global, pero por impedimentos económicos y políticos este fenómeno se presenta de forma
parcial, es decir, entre un número limitado de países, entonces se habla de
regionalización cuando la integración se realiza entre países con cercanía geográfica
y/o cultural.
Los tipos de integración son:
1. Área de libre comercio: donde los
países participantes liberan su comercio de manera recíproca y conservan la autonomía
en todo lo demás,
2. Unión aduanera: además, incluyen un arancel común frente al resto
del mundo,
3. Mercado común: cuando existe libre movilidad de factores productivos entre
los países miembros, 4. Unión económica y monetaria: sí coordinan políticas
microeconómicas y macroeconómicas y adoptan una moneda común,
5. Federación: que
abarca la integración política.
La integración económica ha sido analizada en modelos estáticos y
dinámicos, bajo enfoques tradicionales e innovadores de la teoría económica del
comercio internacional.